Prometeo el Dios Griego es LUCIFER que se
rebeló contra BRAHMA el señor de la materia, por cuya razón SHIVA, el TERCER LOGOS, le
precipitó indignado en el Patala inferior.
PROMETEO-LUCIFER, es un fuego misterioso desprendido del LOGOS SOLAR y
fijado sabiamente en el centro de la tierra por la fuerza de la gravedad y el
peso de la atmósfera.
Escrito está con palabras de oro en el libro de la vida: "El
ingrediente superlativo del ANIMA MUNDI es el PHOSFOROS LUCIFÉRICO".
Como secuela y corolario cabe aquí aseverar, con mucho énfasis, lo
siguiente: El estéril trabajo de Mime en su forja; el fracaso rotundo de los
poderes creadores deviene cuando se apaga el fuego.
El ardiente crepitar del fuego elemental de los sabios bajo el crisol
alquimista, es un axioma de la Filosofía Hermética.
INRI: (IGNIS NATURA RENOVATUR INTEGRAM). El fuego renueva
incesantemente toda la naturaleza. Tú lo sabes...
Exclúyase a LUCIFER el MAHA-ASURA en la SEXO-YOGA y obsérvese luego lo
que sucede... contémplese el fracaso.
En la aurora resplandeciente del MAHAMVANTARA, cuando el hombre y la cadena terrestre iban a aparecer, prodújose como por encanto de la presencia del LOGOS, un Ángel (la sombra del Señor), lleno de deseo progresivo, y es obvio que el Divino Arquitecto del Universo le dio el dominio de los MUNDOS-INFIERNOS.
PROMETEO-LUCIFER descendiendo hasta el fondo del Averno para librar de
sus torturas a las víctimas, nos recuerda a Hércules, el Dios Solar, bajando al
Hades o Cueva de la Iniciación para salvar a las almas perdidas.
LUCIFER, es la energía activa y centrífuga del universo, fuego, vida,
auto-independencia, rebeldía psicológica.
El infierno de su ímpetu revolucionario, es la expansión vital de la
nebulosa para convertirse en nuevas unidades planetarias.
PROMETEO-LUCIFER se roba valerosamente el fuego Divinal para
auxiliarnos en la senda de la insurrección espiritual.
LUCIFER es el Guardián de la puerta y de las llaves misteriosas del
Santuario para que no penetren en él, sino los ungidos que poseen el secreto
terrible de Hermes.
El resplandeciente Señor de las siete mansiones gloriosas conocido con
los nombres sagrados de PROMETEO-LUCIFER, MAHA-ASURA, etc., es ciertamente el
espléndido Ministro del LOGOS-SOLAR.
Bien saben los Siete Señores del Tiempo (los siete Crónidas), que a PROMETEO-LUCIFER le han sido encomendadas la espada y la balanza de la Justicia
Cósmica, pues él es la norma del peso, la medida y el número; el HORUS, el
AHURA-MAZDA; etc., etc.
PROMETEO-LUCIFER poniendo su Verbo en boca del Titán adolorido,
refiriéndose a los míseros mortales, exclama con todas las fuerzas de su alma:
"Para que no se hundieran, arrebatados al tenebroso Hades. Por
esto, terribles torturas me oprimen. Cruel sacrificio, que a lástima mueve. Yo
que a los mortales compadecí"...
"¡Gran Beneficio fue el que a los mortales otorgaste!".
LUCIFER-PROMETEO contesta:
"Sí y además les di el fuego".
CORO: "Conque el fuego llameante esos seres efímeros
poseen?"
PROMETEO: "Sí, y por él muchas artes con perfección aprenderían".
Empero, es fácil comprender que con las artes que auto-enaltecen y
dignifican al hombre, el fuego luciférico recibido se ha tornado en la peor de
las maldiciones.
El elemento animal y la conciencia de su posesión han cambiado el
instinto periódico en animalismo y sensualidad crónica.
Esto es lo que amenaza a la humanidad como pesado manto funerario. Así
surge la responsabilidad del libre albedrío; las pasiones titánicas que
representan a la humanidad en su aspecto más sombrío.
Hablamos sobre los aspectos del FUEGO LUCIFERINO, sólo nos resta ahora
decir que tal Fuego no es ni bueno ni malo, todo depende del uso que hagamos de
él; en esto precisamente se hallan fundados el pecado y la redención a la vez.
Prometeo es el Titán amigo de los mortales, honrado
principalmente por robar el fuego de los dioses y darlo a los hombres para su
uso y posteriormente ser castigado por Zeus
quien se vengó de Prometeo e hizo que lo llevaran al Cáucaso, donde fue
encadenado para que un águila se comiera
el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecerle cada
noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar
para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de
camino al jardín de las Hespérides y lo liberó disparando una flecha al águila.
Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, al
proporcionar la liberación más gloria a Heracles, quien era hijo de Zeus.
Empero, aquel notable señor, a pesar de conocer el secreto de los
ELOHIM, el Misterio del FUEGO CREADOR, bajo a la Tierra a traerle el Fuego de
la Sabiduría a los mortales, otorgándoles el Libre Albedrio y su destino
final, al descubrir la chispa divina que llevan dentro.
Extraído parcialmente del libro: EL PARSIFAL DEVELADO
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